- El grupo escénico presenta la obra “Sidra Pino. Vestigios de una serie”.
Aguascalientes, Aguascalientes.- Con la obra "Sidra Pino.
Vestigios de una serie", propuesta escénica de contenido social que expone
las implicaciones, más allá de las económicas, generadas por el cierre de una
empresa, la compañía Murmurante Teatro cerró con éxito la participación de
Yucatán dentro de la edición 36 de la Muestra Nacional de la disciplina.
Durante una hora, el público asistente a la función que se llevó a cabo
en la Caja Negra del Instituto de Cultura de Aguascalientes, conoció sobre los
orígenes, auge y declive de la extinta fábrica refresquera tradicional de
Yucatán, cuya bebida se convirtió en un símbolo identitario de la entidad.
Con la dramaturgia de Noé Morales, la dirección de Juan de Dios Rath y
la producción de Ariadna Medina, los actores Amin Sodá, Mario Galván y María
José Pool, entablaron un diálogo con el espectador al que le relataron el
proceso de quiebra de la empresa y las consecuencias económicas, sociales y
emocionales que generó a los 117 trabajadores y sus familias.
Los relatos en escena permitieron al espectador comprender la
importancia económica y cultural de la embotelladora, que para el año de 1992,
considerada como la más boyante en su producción de bebidas gasificadas, surtió
300 mil cajas a toda la Península de Yucatán.
Poco a poco, la compañía teatral hace un recuento escénico sobre la
memoria cultural y un planteamiento profundo, más allá de la justicia y la
legalidad, de cómo un objeto (las botellas y corcholatas, por ejemplo)
trasciende de su valor de uso para darle un significado simbólico y de
identidad cultural.
Los diálogos inteligentes y anecdóticos mezclan el paralelismo de la
historia de la refresquera, que comenzó a funcionar 1888 en el icónico barrio
de Santiago de la capital yucateca, con las experiencias de vida de los
actores.
Así, Mario Galván relata su entrañable recuerdo con la Sidra Pino,
porque en la época de su mayor producción, formó parte del elenco del spot
promocional de esta bebida, producido por su tío Cuque.
Amín Sodá hace una cronología histórica y geográfica sobre sus
antepasados libaneses y su llegada a Yucatán. Fue ubicando al público con un
mapa mundi hasta llegar a contar la historia de José María Pino Rusconi,
fundador de la Sidra Pino y los motivos por los que el refresco tradicional,
contenía la bandera de Líbano en su logotipo.
Pero el momento que generó más expectación, fue cuando María José Pool
planteó a los asistentes la idea de preparar un litro de la burbujeante bebida,
para compartir su delicioso e inolvidable sabor, pero sobre todo hacer una
reminiscencia en la memoria colectiva de los yucatecos.
Todos los diálogos de la trama fueron documentados con investigación y
la reconstrucción de los relatos que los trabajadores hicieron a la producción
de Murmurante. Para los yucatecos, la Sidra Pino seguirá siendo parte del
patrimonio gastronómico y un fuerte símbolo de identidad que los actores
compartieron con el público.
Tras el montaje, los asistentes se interesaron por el tema e
interactuaron con los creadores a través de un ejercicio de preguntas y
respuestas para satisfacer sus dudas sobre la trascendencia de esta
refresquera.
La compañía teatral sorprendió al público cuando de una nevera sacaron
un litro de refresco, el mismo que prepararon en escena y a cada uno de los que
se encontraban en el foro fueron ofreciendo un vaso del líquido negro de Sidra
Pino.
Los espectadores se maravillaron con el sabor de la bebida, por lo que
junto con los actores brindaron en honor al recuerdo de un refresco de corte
local que se convirtió en global y dejaba la huella cultural de Yucatán en la
memoria del mundo.
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