- El armonicista ibero se presenta en el FICMaya 2014.
Mérida, Yucatán.- Encienden las luces del
escenario y con andar sencillo el armonicista Antonio Serrano ingresa sin
caravana alguna e inicia su recital tocando una pieza inspirada en Málaga,
región del sur de España, que de inmediato captura la atención pues posee
matices de un pasodoble que hace cabalgar la imaginación de los asistentes a la
Sala Mayamax del Gran Museo del Mundo Maya.
Invitado como parte de los eventos que promueve el Festival
Internacional Cervantino en Yucatán, el músico ejecutante de la armónica
ofreció una extraordinaria velada en la que el jazz se fusionó con ritmos
mexicanos, flamencos y minimalistas, en una explosión de sonido que recorrió
todas las emociones.
Acompañado del pianista Albert Sanz, el también compositor se presentó
en el marco del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2014, con
un programa que incluyó temas de Manuel M. Ponce y Horace Silver, así como un
sentido homenaje a Paco de Lucía, entre otras piezas interpretadas con rotundo
virtuosismo.
Con cinco discos en su haber, Antonio Serrano inició su trayectoria al
presentarse en un foro de la Organización de Naciones Unidas en París, donde
compartió escena con Larry Adler, junto a Bárbara Hendricks y Plácido Domingo,
siendo a la fecha considerado como uno de los máximos exponentes clásicos de la
armónica.
Un nutrido público asistió al recinto para escuchar composiciones
originales de Serrano como “Oriente y Occidente”, que dieron cuenta de su
innegable carácter musical.
El equilibrio entre piano y armónica fue preciso, muestra de ello
ocurrió con “Estrellita” de la autoría del mexicano Ponce, donde Albert Sanz
empezó un avance en solitario de tonos muy formales, para luego hacer tímidos
coqueteos jazzísticos hasta entrar en una espiral de armonía pura, con sutiles
contrastes y contrapuntos por parte de Serrano.
Así, el jazz con tintes de melancolía se materializó en la Sala Mayamax
donde más de un asistente liberó suspiros, sometido por el idioma universal de
la música.
En diálogo franco con el auditorio, el armonicista dio paso a “Ícaro”
de la autoría del estadounidense Horace Silver, obra en la que ambos
instrumentos transitaron del frenesí a la tristeza y viceversa, con frases que
pintaban paisajes mediterráneos como si las notas estuvieran desatadas al
vuelo.
Sanz prosiguió con un solo en el que percutía las cuerdas del piano en
crescendo, esperando el perfecto acoplamiento de la armónica para después
soltarse con brío en un ritmo sincopado que ascendió como torbellino por el
recinto, en el tributo que realizaron al desaparecido guitarrista Paco de
Lucía, de quien Serrano fuera músico acompañante durante 10 años.
La calidad interpretativa de ambos ejecutantes dejó una grata sensación
entre los presentes, quienes así lo manifestaron con nutridas ovaciones cuando
el jazz alcanzó su punto climático con una obra minimalista en la que la
armónica únicamente vibraba con tres tonos hasta que recorrió toda la escala y
se unió el piano.
Es así que, en conjunto con el Festival Internacional Cervantino, el
FICMaya 2014 brindó uno más de los espectáculos.
0 comentarios:
Publicar un comentario