Trabajar con Responsabilidad Social es una Exigencia y Estrategia para el Desarrollo: Rector de la UADY

La autonomía nos permite adoptar una política de gestión basada en la responsabilidad social, afirmó hoy Alfredo Dájer Abimerhi, rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), en el VI Congreso Nacional "Autonomía, universidades y medios de comunicación, una visión integral de la difusión de los derechos fundamentales".

La UADY escogió el proyecto que influye en el desarrollo humano con responsabilidad social, subrayó durante su participación en la mesa de discusión y análisis sobre el papel de las instituciones de educación superior en la consolidación de los derechos fundamentales.

-Lo anterior solo lo podemos hacer por los derechos que nos da la Autonomía de generar nuestros programas educativos, administrar nuestro patrimonio, elegir a nuestras autoridades y tener una relación sana entre universidad pública y estado, enfatizó.

Esto permite que la UADY impacte en la sociedad -continuó ante unas 150 personas asistentes al evento-. Nuestra casa de estudios va más allá de la formación de profesionales, es decir, busca impactar en la calidad de vida de los habitantes de la región en la que nos encontramos.

Este impacto se realiza generando estrategias que involucren a los sectores marginados y además nos dan la capacidad de ser mediadores entre los que tienen recursos para crear riqueza y los grupos vulnerables, aseveró.

En otra parte de su exposición el Rector de la UADY afirmó que el fin último de la educación superior es mejorar la calidad de vida. Formar seres humanos realizados, ciudadanos felices con lo que hacen y donde lo hacen y con repercusión en beneficio de los demás, señaló.

Trabajar en las universidades con responsabilidad social es una exigencia y una estrategia para el desarrollo de estas instituciones y de su entorno -continuó el rector Dájer Abimerhi.

Al actuar con responsabilidad social se pide a las universidades e instituciones de educación superior hacerse responsables de sus acciones y de las consecuencias de estas -comentó-. Hoy hay en el mundo actividad humana que no repercuta en los demás de manera positiva o negativa.

Al inicio expuso que las universidades tienen la obligación de promover los derechos fundamentales que constituyen instrumentos de protección a los intereses de las personas.

Las instituciones educativas contribuimos a un cambio de paradigma en la sociedad -acotó- debemos trabajar todos los días para pasar de lo individual a lo colectivo y social.

Trabajar formando ciudadanos profesionales, no solo profesionales -precisó-. Trabajar orientados a las necesidades de la sociedad.

Después de citar la estrecha vinculación entre educación y derechos humanos el rector subrayó estar convencido de que la educación es primordial para el desarrollo íntegro de las personas y la base de cualquier proceso democrático.

Hay una necesidad imperante de convertir los derechos humanos en una política de Estado -comentó poco después-. El individualismo y la fragmentación social limitan el potencial para integrar los derechos de los ciudadanos.

Reiteró, finalmente, el compromiso con los grupos marginados. Los derechos fundamentales son universales -recordó-. Todas las personas tienen derecho a una vida digna, tolerancia, educación, salud y desarrollo.

El congreso fue inaugurado por la gobernadora del estado Ivonne Ortega Pacheco en una ceremonia a la que asistieron, entre otras personas, el presidente de los derechos humanos de la Ciudad de México Luis Armando González Plasencia; y Óscar Guerra Ford, comisionado presidente del Instituto de Acceso a la Información Pública también de la capital.

Después de la apertura de trabajos José Woldenberg Karakowski, ex presidente del IFE, sustentó una conferencia magistral.